Puesto que estamos en fechas navideñas, vengo a hablar de un tema sumamente importante y actual, como lo es la pirotecnia.
La pirotecnia se originó en China hace 2000 años. La leyenda más conocida es que los fuegos artificiales se originaron por accidente cuando un cocinero chino que trabajaba en una cocina al aire libre mezcló: carbón, ácido sulfúrico y nitro (productos ya conocidos en esa época). La mezcla se quemó y explotó al estar comprimida en un palo de bambú.
Al principio, este descubrimiento estaba limitado a su uso para temas religiosos como las ceremonias, en las que se usaba para espantar a los malos espíritus.
Luego, este se popularizó en todo el mundo y desde entonces, en España, se ha utilizado con mayor frecuencia los petardos en estas fechas navideñas.
Y, aunque es algo muy bonito y espectacular de ver, también como todo en esta vida, tiene cosas negativas:
Por una parte, las personas con autismo sufren con los voladores, petardos, fuegos, etc. puesto que las personas con autismo y trastorno sensorial no perciben los estímulos auditivos de una manera habitual. Muchas personas con autismo tienen una reacción muy significativa frente a ruidos de alto impacto, y es que, los especialistas sostienen que, la pirotecnia afecta especialmente a los niños con dicha condición porque tienen un funcionamiento cerebral muy diferente al de otras personas, haciéndolos más sensibles a los sonidos que perciben.
Esto sucede igual con los perros. Suelen ser las mascotas más afectadas: se esconden, tiemblan de miedo, huyen, se desorientan, y en el peor de los casos, se suicidan.
Ellos solo escuchan ruido por todas partes y no entienden por qué, se asustan porque el sonido es excesivamente fuerte para ellos, tiemblan y no saben de dónde proviene ni la razón de tanto alboroto.
Esto claramente es cierto y está comprobado científicamente, sin embargo, dudo mucho que la solución a este problema sea ilegalizar los petardos. Estamos hablando de una tradición de hace muchos años y que creo yo que hay problemas muchos peores y que no se han puesto ninguna solución alguna, como es la matanza de toros. Ahí se puede apreciar un maltrato animal increíble ya que trata de matar a un animal indefenso por diversión.
Bajo mi experiencia personal, conviviendo con un pitbull, yo le he enseñado a k no es nada malo que temer. En vez de alimentar su miedo "protegiéndolo", le he demostrado que no pasa absolutamente nada y que es algo normal. Sin embargo, si mi perro tuviese un temor tan grande que no es capaz de soportar ni de aceptar, me pondría con el a entretenerlo, ya sea mediante música, etc. Es cierto que, al principio mi perro reaccionó extrañadamente ante este invento chino, sin embargo le gustó más las luces, tanto así que se le quitó el miedo, junto con el apoyo de toda su familia, el buen feeling que había generó que se sintiera seguro. De hecho, cuando hay tormenta con rayos, mi perro sale al balcón a verlo y disfrutarlo como un niño pequeño.
En conclusión, claramente es un problema, pero dudo que la solución sea quitarlo porque... entonces al problema de los accidentes de coches por ejemplo, ¿también es quitarlos?